HONDURAS. Larry Vargas Alvarado, un muchacho que cuando tenía 21 intentó quitarle la vida a su madre de varias estocadas, fue condenado a pasar 15 años en una celda de máxima seguridad.
Vargas Alvarado estudiaba Ingeniería en Gestión Logística, e iba a una popular universidad privada.
Lo que sí dijeron varios vecinos sobre él, es que nunca antes lo había visto discutir o pelear con su madre Marta Cristina Alvarado Ávila, por lo que, cuando la Policía fue a su casa para detenerlo, todos los vecinos se asombraron.
Muchos no podían creer que, el niño alegre que vieron crecer, ahora lo subían a una patrulla de la Policía Nacional, sospechoso de intentar quitarle la vida a su propia madre.
Pero, la impresión que Larry les causó a los agentes de la Policía que lo detuvieron es muy distinta a lo que expresaron los que lo conocían, y es que, pareció que él había planificado el hecho, pero finalmente le salió mal.
Según la Policía, el muchacho estaba limpiando la S4NGRE de su madre cuando ellos llegaron por él.
Ante los medios de comunicación dijo que era inocente diciendo que, escuchó que en la habitación de su madre se había roto un espejo, por tanto, fue ir a investigar qué pasaba, y cuando entró al dormitorio, miró que un individuo encapuchado estaba atacando a su mamá.
Pero cuando el joven le dijo eso a las autoridades, ya la madre había sido interrogada y dijo que fue su hijo que trató de quitarle la vida.
Larry usó guantes amarillos para cometer el hecho para no dejar huellas en el mango, y hasta la persiguió cuando ella se escapaba.
En la declaración la madre de Larry establece que ella le suplicaba a su hijo diciendo: “Larry, por favor, no lo hagas, yo te amo y piensa en tu hermanito”.
El acusado, según el relato de su madre, no escuchó sus súplicas y siguió propinándole las estocadas.
La señora logró salir de la casa, subirse a un carro y escapar para pedir ayuda, pero era perseguida por su hijo.
El joven corría tras el vehículo. La mujer pidió ayuda unas cuadras más adelante adonde logró hallar quien la ayudara y la llevara a un hospital privado.
Aunque decía ser inocente, la declaración de su mamá y las pruebas que presentó el Ministerio Público fueron suficientes para condenarlo.
Ahora tiene 22 años y saldrá de prisión cuando tenga 37.